Pañuelo para San Ramón
La misa y la banda llenaron la mañana del día grande
Parte de la Corporación, en el Ayuntamiento el primer día de las fiestas. (Unai Beroiz) |
LUMBIER. San Ramón, el patrón de Lumbier, luce desde ayer pañuelico al cuello hasta que se cante el Pobre de Mí el próximo domingo. Se lo impuso, el alcalde, Mauro Gogorcena, minutos después de entrar en el templo junto a los concejales de su grupo, a los que se unieron dos representantes de Laroain (Baja Navarra), hermanada con Lumbier. Juntos acudieron a la tradicional misa en honor a San Ramón, acompañados de la comparsa y de la txaranga.
La iglesia se llenó, como es habitual en este día, para escuchar esta misa cantada por el coro que dirige Francisco Leandro. Este es uno de sus atractivos al que ayer se agregó la despedida del párroco, Miguel Garisoain Otero, tras tres años de estancia en la localidad.
En su despedida, que se hará efectiva el próximo domingo, el sacerdote aprovechó para realizar un somero repaso por su experiencia en Lumbier, pueblo que le tocó en suerte y que definió como " grande, acogedor, vivo, emprendedor y plural, con carácter; de valores y de fe". El hecho de que Lumbier haya sido su primer destino, llegó con 33 años, "lo hace inolvidable", aseguró. En él se forjó "como cura de pueblo", y de él se marcha, a petición del arzobispo, para trabajar en el seminario, como formador.
Se da la circunstancia de que el próximo domingo tomará el testigo su hermano, Santiago. Procedente de Mutilva, este sacerdote de 31 años aseguraba que su hermano le había puesto el listón muy alto, mientras se mostraba contento por poder disfrutar de esta transmisión directa en un pueblo del que dijo tener todas las referencias buenas.
La misa finalizó con doble aplauso, uno que emocionó al párroco, Miguel Garisoain, y el otro, como es costumbre, se lo llevó el coro. Al finalizar el acto religioso en una plaza abarrotada, los gigantes desplegaron una de las más vistosas actuaciones de las fiestas.
DE PLAZA EN PLAZA. El día de San Ramón los lumbierinos van de la plaza de los Fueros, la de la iglesia, a la plaza Mayor, que se llena de la música de la banda local. Bajo la batuta del director Daniel Aristu Rebolé, son doce las citas en el día grande de las fiestas, una de las más importantes para la banda junto con el concierto de Navidad. Recientes los aplausos, presumía el director de tener una banda formada por todos los músicos del pueblo, formados en la escuela de Lumbier; jóvenes en su mayoría, cuyas edades oscilan entre los trece años del miembro más pequeño, Ibai Osinaga Gogorcena, y el mayor, Javier Nicuesa Escalera, de 50. La banda se entrega en este día, y precisamente por su juventud, el esfuerzo de este concierto se refleja en sus rostros somnolientos. Triunfan cada año con su repertorio de temas festivos. Ayer destacaron con Virginia, de Jacob de Haan y una reproducción de Mecano. "Lo hacemos con mucho gusto", aseguraba Aristu, entre felicitaciones.
Fuente: Diario de Noticias
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