sábado, 14 de enero de 2012

Mañana se abren los dos últimos tramos navarros de la autovía




  
Mañana se abren los dos últimos tramos navarros de la autovía

Los dos últimos tramos de la autovía del Pirineo (A-21) en territorio navarro se abrirán mañana al tráfico después de sucesivos aplazamientos. Se trata de los trayectos Venta de Judas-Yesa y Yesa-Límite de la comunidad, que suman una longitud de 16,6 kilómetros. Su construcción ha supuesto una inversión de 271 millones de euros. Estos dos tramos son los que han tenido una mayor complejidad, pues han supuesto la ejecución de dos túneles (de 1.613 y 920 metros), de una falsa bóveda (240 metros) y de tres viaductos (495, 200 y 145 metros).
 
A partir de este momento, la empresa adjudicataria se hará cargo de la conservación de todo el trazado navarro de la autovía y se inicia a su vez el sistema de 'peaje en la sombra', por el que recuperará la inversión en función de la cantidad de vehículos que circulen por ella.
 
La apertura de estos dos recorridos no sólo beneficiará a los montañeros y esquiadores vascos que viajan al Pirineo oscense, sino que mejorará sustancialmente la conexión con Pamplona de la zona de Lumbier, Sangüesa y Yesa, así como los valles de Salazar y Roncal.
 
Sólo 8 kilómetros en Aragón
 
En Aragón, la A-21 se encuentra mucho más retrasada. De los 57 kilómetros del trazado, sólo 8 están en servicio. Ninguna administración se aventura a fijar una fecha de terminación de las obras. Incluso en algún tramo, como es el caso de la variante de Jaca, ni siquiera se ha realizado la licitación de los trabajos constructivos. De ese modo, la previsión de concluir la totalidad de la infraestructura para el año 2014 parece quedarse vieja, y más si se tienen en cuenta los más que previsibles recortes que sufrirán los presupuestos estatales destinados a infraestructuras en los próximos ejercicios.
 
En estos momentos, son unos 11.000 los vehículos que cada día circulan por la autovía del Pirineo en los casi treinta kilómetros que tiene en servicio, una cifra que se dispara los fines de semana de invierno por los desplazamientos que motiva el deporte blanco. Eso sí, cuando la infraestructura vaya ganando dimensiones se estima que los usuarios podrían incrementarse de manera notable.


Fuente: El Correo




    

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