miércoles, 6 de julio de 2011

Paseo por la Foz de Lumbier

El río Irati ha excavado en la caliza de la sierra de Leyre el desfiladero más espectacular de Navarra.
 
La Foz de Lumbier se ubica en un extremo de la sierra de Leyre y fue declarado Reserva Natural en 1987 con el fin de preservar la flora y la gran colonia de rapaces que nidifican en sus paredes

Paseo por la Foz de Lumbier
Panorámica de la Foz de Lumbier.
La Foz de Lumbier se ubica en un extremo de la sierra de Leyre, en la zona media de Navarra, entre el valle de Salazar y la sierra de Izco. Es una comarca soleada y de clima mediterráneo, donde el río Irati ha excavado el maravilloso desfiladero conocido como la Foz (Hoz) de Lumbier. Fue declarada Reserva Natural en 1987 con el fin de preservar la flora y la gran colonia de rapaces que nidifican en sus paredes.

La boca del cañón y las ruinas del puente del Diablo, de origen medieval, que cruzaba las aguas del Irati, y que fue volado por los franceses en 1812, son visibles desde la villa romana (s. II) que se encuentra en la orilla opuesta, justo antes del cruce de Liédena en la carretera entre Pamplona y Jaca. Sobre el desfiladero, se aprecian la ermita y, con algo más de atención, los monolitos que se elevan pegados a la pared izquierda del Monte de la Trinidad. Son conocidos como Reserva Natural de La Piedra y San Adrián.

El camino nace en el área recreativa situada en la entrada de la Foz, donde también hay una fuente. El parking cuesta 2 euros para coches y motos y de 4 euros para autobuses. El sendero local NA113 está bien marcado y comienza a ganar altura pegado a unos campos de cereal. A continuación, se interna en un carrascal y enlaza con la pista que viene de Lumbier (0h.40’) para llegar al llano de Laokia. Allí se eleva el corral de Alzueta (0h.50’). A partir de aquí la ruta se sale del sendero local balizado. Algo más arriba, despunta el collado (590 metros), de donde parte la subida a La Trinidad. El vuelo de los buitres será una de las constantes del paseo.
 
Con los monolitos y los arcos naturales de acceso a la meseta superior a la vista (izquierda), comenzamos a trepar por un sendero poco marcado que se adentra en un terreno erizado de endrinos y nos lleva hasta el pie de los monolitos (1h.20’). El camino penetra en este caos de rocas y desemboca en un enorme arco natural. Lo cruzamos y pasamos a la meseta superior de La Trinidad (2h.00’). Estamos en un alto sembrado de espinos (846 metros), con una vista espectacular sobre la Foz: aparece como una hendidura desde esta atalaya, y, además, despuntan las sierras de Alaiz, Izco, alturas de Leyre, Lumbier y, al norte, el Pirineo.

La ermita espera cuesta abajo (2h.25’). Fue construída en el borde del llano cimero. No posee valor arquitectónico. Todo el interés se lo lleva la talla prerrománica de la Trinidad. Es de madera de nogal negro, de 120 x 48 centímetros y data del siglo X. Para volver al aparcamiento, debemos seguir el via crucis que se dirige hacia Lumbier y abandonarlo al llegar a zona de pastizales (2h.40’). De este punto, descienden varias veredas que enlazan con el sendero NA113 y nos acercan al aparcamiento (3h.10’).

Visitar el desfiladero de La Foz requiere una hora (ida y vuelta) y los turistas deben respetar las normas que protegen la reserva, como la prohibición de recoger muestras de rocas, plantas o animales. El camino, llano, ancho y de grava apisonada, sigue durante un kilómetro la caja del tren maderero –el primero eléctrico de España–. Con el nombre de ‘El Irati’, fue inaugurado en 1911 y funcionó hasta 1955, fecha de su desmantelamiento. El camino, apto para un paseo familiar, atraviesa dos túneles: el primero, recto de 167 metros con luz al fondo; y el segundo, con curva interior, de 206 metros, completamente oscuro. Puede producir claustrofobia. La vuelta se realiza por el mismo recorrido de ida, con el cañón del río Irati a nuestra izquierda.

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