Tarambana llama a Lumbier al Teatro
El grupo amateur de la localidad
puso en escena el fin de semana “Los últimos días de Lorca”, dirigido por Ángel
Sagüés
El grupo de teatro Tarambana, caracterizado para el montaje de 'Los últimos días de Lorca'. (CEDIDA) |
LUMBIER estaba llamado al teatro el pasado fin de semana en el que el grupo Tarambana puso en escena Los últimos días de Lorca, obra adaptada y dirigida por Ángel Sagüés, quien además trabajó una obra infantil con once niños y niñas de la localidad representada el sábado y el domingo en sesión de tarde. La apuesta del director de escena por este proyecto infantil, El soldadito de plomo y la bailarina, con el acompañamiento de la banda txiki es precisamente la novedad de este año, en el que ha trabajado dos talleres simultáneamente, el de adultos y el de niños.
En esta labor se embarcó Sagüés a finales del pasado otoño y hoy la califica de un interesante proyecto. "Los talleres han sido prácticamente personalizados, con la implicación del padre o la madre de los pequeños actores que han hecho un seguimiento en casa. Han estado sinceramente receptivos y encantados con la iniciativa".
Director, actores y actrices no se ponen de acuerdo en qué número ocupa en su haber este último montaje, pero coinciden en que debe de ser el séptimo o el octavo. En un tiempo de evolución hacia otras fórmulas en su vida profesional, Sagüés se puso al frente de un grupo de aficionados lumbierinos recogiendo su deseo de subir al escenario, y desde entonces año tras año ha ajustado obras de diferentes autores al grupo humano, una labor de adaptación. "En eso consiste nuestro trabajo", asegura el director. Pronto se estableció un vínculo especial entre ellos y se hizo patente la implicación de la gente que se ha mantenido en un número de unos catorce. "Siempre hay una cuadrilla de mujeres entusiastas sujetando las propuestas", asegura el director.
Este año el elegido ha sido Lorca, con un montaje curioso en el que catorce miembros de Tarambana recorren la obra del poeta granadino introducida por los diálogos entre el autor y la cuidadora de sus sobrinos, en la huerta de San Vicente, donde se refugió antes de ser asesinado. Los últimos días de Lorca, compuesta de fragmentos de Doña Rosita la soltera, Yerma, Bodas de sangre, Poeta en Nueva York, Don Perlimplín con Belisa en su jardín, y La casa de Bernarda Alba se llevó los aplausos de un público incondicional y entregado, que acude año tras año a la llamada del grupo, y que comienza a apreciar la evolución del mismo. "La formación se va notando con los talleres. Lorca no es nada fácil de representar, pero yo hago mayor hincapié en las relaciones humanas. Que la gente se junte para compartir emociones, tocarse, mirarse y ser capaz de transmitirlo por medio de adaptaciones de Shakespeare, Chejov o Lorca, es en un pueblo todo un acontecimiento". Afirma el director de escena que el teatro de aficionados crece, y la gente se implica cada vez más "en esta combinación de emoción, historia y lenguaje". Y añade que "no hay dinero para el profesional, pero sí para el amateur, que aprovecha las infraestructuras generadas en sus localidades. Nuestra labor es estimular a estos grupos", declaró Sagüés.
Fuente: Noticias de Navarra
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